Este texto de Omar Cepeda, escrito el 18 de diciembre de 2024, analiza la caída del régimen de Bashar al Asad en Siria y la subsecuente toma del poder por Abu Mohamed al Jolani, líder de Hayat Tahrir al Sham (HTS), una organización catalogada como terrorista por diversas entidades internacionales. El texto explora las implicaciones de este cambio de poder para Siria, la comunidad internacional y el equilibrio geopolítico en la región.
Resumen:
Caída del dictador Bashar al Asad tras años de un régimen opresivo que causó miles de muertes y un empobrecimiento generalizado de la población siria (70% de pobreza según el texto). La Red Siria para los Derechos Humanos reporta 15.000 muertes tras vejámenes.
Se estima que Al Asad desvió entre 1 y 2 mil millones de dólares, además de poseer bienes raíces en Dubái, Moscú y Londres. Algunas estimaciones elevan su fortuna a 122 mil millones de dólares. El Banco Central de Siria desvió 250 millones de dólares a Rusia entre 2018 y 2019 (según el Financial Times).
El Departamento de Estado de los Estados Unidos señala la implicación de la familia Al Asad en actividades ilegales como tráfico de drogas, contrabando de armas y extorsión.
Abu Mohamed al Jolani, líder de HTS, asume el control de Siria tras el derrocamiento de Al Asad. Su pasado como miembro de Al Qaeda genera preocupación internacional.
HTS, a pesar de ser considerada una organización terrorista por la ONU, Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea, es objeto de debate sobre su posible eliminación de la lista de terroristas para facilitar una transición política en Siria. Kiho Cha (oficial superior del Departamento de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz de la ONU) y Adam Abdelmoula (coordinador residente de la ONU en Siria) ofrecen perspectivas contrastantes sobre la interacción con HTS.
Conclusión:
La caída de Al Asad no garantiza un futuro mejor para el pueblo sirio, dado el pasado terrorista de Al Jolani y HTS.
La situación en Siria plantea un dilema para la comunidad internacional: la necesidad de estabilizar el país contrasta con la naturaleza terrorista de la nueva potencia dominante.
El cambio de régimen en Siria tiene implicaciones geopolíticas significativas, especialmente en relación con la influencia de Rusia en la región.
El futuro de Siria permanece incierto, con la posibilidad de una nueva era de inestabilidad o la imposición de un nuevo régimen con el apoyo de Occidente, similar a lo ocurrido en Afganistán con los Talibanes.
