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Este texto, escrito por Alfredo Suárez el 17 de Diciembre de 2024, analiza el fenómeno de la desinformación en América Latina, contrastándolo con la situación en Europa y Estados Unidos. El autor destaca la diferencia en los actores principales de la desinformación entre las regiones, y propone estrategias para combatirla.

Resumen:

• La desinformación en América Latina tiene un componente local mucho más marcado que en Europa o Estados Unidos, donde Rusia es frecuentemente señalada como el principal actor.
• Las elecciones venezolanas de 2024 sirven como ejemplo, mostrando la explotación de la vulnerabilidad de la población por parte del gobierno de Nicolás Maduro para favorecer su régimen, en contra de Edmundo González Urrutia y María Corina Machado.
• Investigaciones como "Mercenarios digitales" del Centro de Investigación Periodística revelan que muchos consultores políticos en la región manipulan las emociones de los electores, en lugar de convencerlos. En Brasil, una de cada cinco cuentas de desinformadores pertenece a políticos, según datos de Universo Online.
• Existe un fuerte vínculo entre desinformación y populismo en América Latina, con la desinformación utilizada para reforzar posiciones populistas y difundir discursos extremistas. Medios como Russia Today, Sputnik y Ruptly contribuyen a minar la confianza en la democracia.
• El autor propone un "escepticismo saludable" como herramienta para combatir la desinformación, sugiriendo el uso de fuentes acreditadas y la evitación de información que explota creencias preexistentes o busca solo clics.

Conclusión:

• La desinformación en América Latina es un problema complejo con raíces locales y conexiones internacionales.
• El combate a la desinformación requiere un enfoque multifacético, incluyendo el desarrollo de un pensamiento crítico y el uso responsable de las fuentes de información.
• El populismo se ve reforzado por la desinformación, creando un ciclo vicioso que afecta a las instituciones democráticas.
• La promoción de un escepticismo saludable y el uso de fuentes confiables son cruciales para contrarrestar la manipulación informativa.