Este texto de Latinoamérica21, publicado el 16 de diciembre de 2024, analiza el primer año de gobierno de Daniel Noboa como presidente de Ecuador, contrastando sus promesas iniciales con la realidad política del país. Se explora la evolución de su popularidad, las alianzas políticas cambiantes, y las consecuencias de sus decisiones.
Resumen:
Daniel Noboa, elegido presidente de Ecuador en noviembre de 2023, prometió una "nueva política" alejada de las prácticas del pasado.
Inicialmente, su gobierno disfrutó de un periodo de relativa calma política, gracias a una alianza con el Partido Social Cristiano (PSC) y la Revolución Ciudadana (RC) en la Asamblea Nacional.
La declaración del Estado de guerra interno, con la militarización de la seguridad pública, le generó un alto índice de aprobación (80%), a pesar de las críticas de organizaciones de derechos humanos.
El allanamiento a la embajada de México para detener a Jorge Glas provocó una crisis política, la ruptura de la alianza con la RC, y condenas internacionales.
La pérdida del apoyo legislativo llevó a un escenario de "todos contra todos" en la Asamblea Nacional, con el uso frecuente del veto presidencial y juicios políticos contra ministros.
La Corte Constitucional de Ecuador declaró inconstitucionales los reiterados estados de excepción decretados por Noboa.
La relación tensa entre Noboa y la vicepresidenta, Verónica Abad, culminó con una denuncia por violencia política contra el presidente y su posterior suspensión por "abandono injustificado" de sus funciones.
El gobierno de Noboa ha sido calificado como un "gobierno de improvisaciones", con acciones reactivas que han agravado la crisis institucional.
Conclusión:
El gobierno de Daniel Noboa ha demostrado la dificultad de implementar un cambio político radical en Ecuador, enfrentando las mismas dinámicas de lucha y retraso político que buscaba superar.
La búsqueda de la reelección y la falta de experiencia política parecen haber llevado a Noboa a tomar decisiones drásticas que, en lugar de generar estabilidad, han profundizado la crisis institucional.
La situación política en Ecuador se caracteriza por una alta polarización, falta de consenso y una creciente desconfianza en las instituciones.
El futuro político de Ecuador se presenta incierto, con la posibilidad de una mayor inestabilidad hasta las elecciones de 2025.