Este texto de Jean Meyer, escrito el 1 de diciembre de 2024, analiza la creciente influencia de Rusia en África, particularmente en el contexto de la guerra en Ucrania y el declive de la influencia francesa. El autor destaca la estrategia rusa, su aprovechamiento de la herencia soviética y la respuesta, o más bien la falta de ella, por parte de las potencias occidentales.
Resumen:
El texto describe la situación de conflicto en varios países africanos, incluyendo Sudán, Darfur, la República Democrática del Congo, Etiopía, Eritrea y Somalia.
Se detalla la estrategia de Rusia en África, iniciada alrededor de 2014, con la anexión de Crimea y el inicio de la guerra en el Donbas. Esta estrategia busca contrarrestar las sanciones económicas occidentales.
Se menciona el papel crucial del Grupo Wagner, liderado por Evgueni Prigozhin, en la expansión de la influencia rusa en países como la República Centroafricana y los estados del Sahel. El grupo se financiaba a través de concesiones mineras.
Se describe una serie de golpes de Estado militares en Mali, Burkina Faso y Níger, teleguiados por el Kremlin, que resultaron en la expulsión de la presencia francesa. La muerte de Prigozhin no alteró significativamente esta dinámica, con la aparición del "Afrika Korps" ruso.
Se destaca la importancia estratégica de África para Rusia en la segunda fase de la guerra en Ucrania, incluyendo el acceso a recursos, bases militares y votos en la ONU.
Se critica la falta de visión y el desinterés de los gobiernos occidentales ante la expansión rusa en África, contrastando con la creación de un subsecretario en la Secretaría de la Defensa rusa dedicado exclusivamente a los asuntos africanos.
Se concluye que Rusia ha ganado influencia en África, mientras que Francia ha perdido terreno y Estados Unidos, obsesionado con China, ha perdido sin darse cuenta. El autor cuestiona si esta nueva influencia rusa beneficia a los africanos.
Pekín también tiene una fuerte presencia en el continente africano.
Conclusión:
Jean Meyer argumenta que la expansión de la influencia rusa en África es una consecuencia de la guerra en Ucrania y de la falta de una respuesta efectiva por parte de las potencias occidentales. El autor advierte sobre los riesgos de esta nueva dinámica geopolítica, cuestionando si los beneficios para los países africanos compensan la pérdida de influencia de las potencias occidentales y el fortalecimiento de regímenes autoritarios. La estrategia rusa, a diferencia de la occidental, se caracteriza por una visión geopolítica a largo plazo y un aprovechamiento hábil de las circunstancias.