Este texto de Víctor M. Villalobos, escrito el 8 de noviembre de 2024, describe la labor de Cary Fowler y Geoffrey Hawtin, galardonados con el Premio Mundial de la Alimentación 2024 por su trabajo en la conservación de recursos genéticos para la agricultura. El texto destaca la importancia de la conservación de semillas y la creación de bancos de germoplasma, así como el papel de organizaciones internacionales como el CGIAR y la FAO en este esfuerzo. También se menciona la importancia de la Cámara Global de Almacenamiento de Semillas "Svalbard" y la contribución de México a este esfuerzo global.
Resumen:
Cary Fowler y Geoffrey Hawtin recibieron el Premio Mundial de la Alimentación 2024 en Des Moines, Iowa, por su trabajo de más de 50 años en la conservación de recursos genéticos de más de 6,000 cultivos agrícolas y sus parientes silvestres.
Su trabajo involucró la creación de bancos de germoplasma en países con alta agrobiodiversidad, con el apoyo de investigadores, gobiernos, agricultores y la sociedad civil.
El Grupo Consultivo de Centros Internacionales (CGIAR), incluyendo el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en México, invirtió recursos en la prospección, recolección, documentación y conservación de semillas.
La conservación de semillas generó debates sobre los derechos de propiedad de estos recursos fitogenéticos, destacando la necesidad de considerarlos como un bien público.
Geoffrey Hawtin negoció un acuerdo entre el CGIAR y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para facilitar el acceso a los recursos genéticos. Cary Fowler lideró la creación del Plan de Acción Global para la Conservación y Uso de los Recursos Genéticos para la Agricultura en la FAO.
El resultado fue el Tratado Internacional de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura, que los declara bien público.
Para enfrentar las amenazas del cambio climático, se creó la Cámara Global de Almacenamiento de Semillas "Svalbard" en Noruega, albergando 1.25 millones de accesiones de semillas.
México, a través de instituciones como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el CIMMYT, así como comunidades indígenas, ha contribuido significativamente a la conservación de sus recursos genéticos, con réplicas en Svalbard.
Conclusión:
El texto resalta la importancia crucial de la conservación de la biodiversidad agrícola para la seguridad alimentaria mundial, enfatizando el trabajo pionero de Fowler y Hawtin, y la colaboración internacional necesaria para proteger este invaluable patrimonio para las generaciones futuras. La creación de la bóveda de Svalbard representa un hito en este esfuerzo, asegurando la preservación de la diversidad genética ante los desafíos del cambio climático y otros factores adversos.
