Este texto, escrito por Mexicanos Primero el 7 de noviembre de 2024, aborda la problemática de la violencia y el acoso escolar, haciendo especial énfasis en la violencia que sufren las niñas y adolescentes durante su periodo menstrual, un aspecto frecuentemente ignorado. El texto conecta este problema con la pobreza menstrual y la falta de infraestructura adecuada en las escuelas.
Resumen:
El texto comienza recordando la proclamación por la UNESCO del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar (primer jueves de noviembre). Se menciona que 1 de cada 3 niños, niñas y adolescentes sufren violencia escolar, incluyendo violencia física y sexual.
Se destaca que la violencia y el acoso escolar vulneran los derechos de los niños, niñas y adolescentes, impactando su bienestar emocional y salud. A pesar de la existencia de investigaciones, propuestas y recursos, el problema persiste y se agrava con las tecnologías digitales.
Se introduce el problema de la violencia hacia las niñas y adolescentes durante su menstruación, incluyendo burlas, discriminación y maltrato, relacionado con una educación deficiente sobre la menstruación y las desigualdades de género.
Se señala la falta de instalaciones sanitarias adecuadas en las escuelas como un factor agravante. Se menciona la necesidad de baños independientes, basureros adecuados, jabón, papel higiénico y toallas.
Se aborda la pobreza menstrual, la falta de recursos para adquirir productos de higiene menstrual, y la falta de conocimiento básico sobre la menstruación.
Se cita a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), señalando el descuido en la gestión higiénica de la menstruación como un problema con efectos negativos en la igualdad de género y los derechos humanos, incluyendo el derecho a la educación y a la salud.
Se concluye que la situación de las niñas y adolescentes que sufren violencia, acoso y pobreza menstrual durante su periodo debe considerarse en el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar.
Conclusión:
El texto de Mexicanos Primero resalta la necesidad de abordar la violencia menstrual como una forma específica de violencia escolar, conectándola con la pobreza menstrual y la falta de infraestructura e información adecuada en las escuelas. Se enfatiza la importancia de considerar este problema en la lucha contra la violencia y el acoso escolar, promoviendo una menstruación digna como un derecho humano fundamental para las niñas y adolescentes.