Este texto analiza los resultados de la COP29 celebrada en Bakú, Azerbaiyán, en Noviembre de 2024, centrándose en las deficiencias del acuerdo alcanzado y las tensiones entre países desarrollados y en desarrollo en materia de financiamiento climático y reducción de emisiones. El texto destaca la influencia de intereses particulares, especialmente de la industria de combustibles fósiles, y la incertidumbre sobre el futuro de la acción climática internacional ante la próxima presidencia de Donald Trump en Estados Unidos.

Resumen:

  • Los resultados de la COP29 en Bakú fueron decepcionantes, mostrando la fragilidad del multilateralismo.
  • Se acordó un aumento del financiamiento climático de 100 mil millones a 300 mil millones de dólares anuales hasta 2035 para países en desarrollo, pero esta cifra es insuficiente según los expertos.
  • Ali Mohamed, representante de los países africanos, expresó su decepción por el acuerdo. Chandni Raina de India calificó la cifra de 300 mil millones como insignificante.
  • El financiamiento acordado es una combinación de subvenciones y préstamos, y los países ricos deberían ayudar a las economías emergentes a reducir sus emisiones.
  • La delegación de Estados Unidos, aunque contribuyó al acuerdo, no pudo asumir un liderazgo debido al triunfo de Donald Trump, quien se espera que retire a EU del Acuerdo de París.
  • La salida de los combustibles fósiles no se abordó de manera significativa.
  • Se generó tensión por incluir a países como China, Singapur, países del Golfo e India en la lista de contribuyentes a las finanzas climáticas.
  • Se establecieron normas para los mercados de carbono, pero persisten dudas sobre su transparencia y efectividad.
  • Se logró la plena operatividad del Fondo de Pérdidas y Daños, con una contribución de Australia de 32 millones de dólares.
  • Se denunciaron controversias en el manejo de los textos de negociación, con modificaciones directas realizadas por un delegado saudí sin consulta previa.
  • Al Gore, del The Climate Reality Project, calificó el acuerdo como el mínimo indispensable, criticando la influencia de los intereses de los combustibles fósiles y a Arabia Saudita.
  • Simon Stiell, secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se mostró más optimista, calificando el acuerdo de financiamiento como "una póliza de seguro para la humanidad".

Conclusión:

La COP29 en Bakú evidenció la falta de ambición y la influencia de intereses particulares en las negociaciones climáticas. La insuficiencia del financiamiento acordado, la falta de compromiso con la eliminación de los combustibles fósiles y la incertidumbre política en Estados Unidos auguran un futuro incierto para la acción climática, dejando la carga de la inacción para la COP30 en Belém, Brasil.

Sección: Internacional

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