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Este texto de David Faitelson, publicado el 19 de noviembre de 2024 en REFORMA, analiza la crisis actual del fútbol mexicano, centrándose en el bajo rendimiento de la selección nacional y sus causas subyacentes. Faitelson argumenta que el problema va más allá de la dirección técnica, apuntando a una profunda crisis en la formación y desarrollo del jugador mexicano.

Resumen:

• El fútbol mexicano está en un desastre, independientemente del entrenador (Javier Aguirre, Jimmy, Cocca, Martino).
• El futbolista mexicano carece de personalidad, valor y confianza en sí mismo. Falta de ideas, profundidad y capacidad para trascender en el campo.
• La selección mexicana sufrió una derrota vergonzosa en San Pedro Sula, mostrando una falta de reacción ante la presión. El colapso del equipo a partir del minuto 63-64 es un síntoma de una crisis más profunda que lo puramente futbolístico.

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• Faitelson cuestiona si la alineación de Javier Aguirre fue correcta, incluyendo la titularidad de Guillermo Ochoa y la ausencia de Luis Romo, pero afirma que el problema es más amplio.
• Jugadores como César Montes, Edson Álvarez, Raúl Jiménez, Orbelín Pineda, "Chino" Huerta, Luis Romo y Luis Chávez no están mostrando su verdadero potencial.
• Se considera que hay una generación fallida de futbolistas mexicanos, resultado de decisiones pasadas que priorizaron la mejora de la liga profesional a expensas de la formación de jugadores.
• Algunos jugadores como Henry Martín y Oribe Peralta lograron destacar, pero no todos tuvieron la misma suerte.
• La falta de confianza en el futbolista mexicano ha generado una falta de competencia interna y un equipo inferior al de épocas pasadas.
• La derrota ante la selección número 77 del mundo evidencia la pérdida de la capacidad competitiva a nivel internacional.
• El problema no es el entrenador, sino la falta de inversión, apoyo y confianza en el desarrollo del jugador mexicano desde hace tiempo.
• El Mundial de 2026 se acerca, y la situación actual es preocupante.

Conclusión:

David Faitelson concluye que la crisis del fútbol mexicano es profunda y multifactorial, requiriendo una inversión a largo plazo en la formación y desarrollo de jugadores, así como una recuperación de la confianza en el talento nacional. La falta de resultados es un reflejo de una problemática estructural que necesita ser abordada con urgencia para evitar un futuro aún más sombrío.