Este texto de Mochilazo En El Tiempo, publicado el 10 de noviembre de 2024, relata la historia del centro nocturno La Diabla, ubicado primero en Río Rhin #44 esquina Río Pánuco en la Cuauhtémoc, Ciudad de México, y posteriormente como La Madre Diabla en Reforma Norte #113. El artículo se basa en entrevistas con diversas personas involucradas en la historia del lugar, ofreciendo un panorama de su funcionamiento y su impacto en la escena musical mexicana.
Resumen:
La Diabla, propiedad de los hermanos Díaz Caneja (principalmente Juan Carlos), funcionaba en la planta alta de un edificio que también albergaba una taquería, un restaurante llamado La Cueva y otro llamado La Zarzuela.
Sus orígenes son poco claros, pero se menciona la participación de Guillermo Parra (actual director de Eventos Internacionales de OCESA) en sus primeros años. Se perdió mucha información debido a la ruptura entre la primera y segunda generación que gestionaron el lugar.
Erika Flores Reyes (programadora musical) y Ernesto Carrasco (socio inversionista) aportaron información clave sobre el funcionamiento del lugar.
La Diabla se caracterizaba por sus paredes de ladrillo y rojo, pisos de madera, candelabros y vitrales. Diversos videos musicales fueron grabados allí, incluyendo los de Santa Sabina, Transmetal y Maná.
Radiohead ofreció su primer concierto en México en La Diabla en 1994, con la participación de Tenoch Ramos (EMI), Camilo Lara, Ricardo Serafín y Raymundo Gabriel.
La banda de hard rock Vigmika fue una de las residentes, pero se disolvió tras la muerte de tres de sus integrantes.
El lugar presentaba una variada programación: rock de jueves a sábado, y tardeadas de reggae los domingos, promovidas por Adrián Chávez Sánchez. Estas tardeadas incluyeron la primera presentación de Los Cafres en México.
La Diabla fue un espacio importante para el desarrollo del reggae en México, con la participación de grupos como Los Rastrillos, Ganja, Antidoping, La Comuna y Yerberos, y la promoción a través del programa de radio Reggaevolución de Gerardo Pimentel "Zopi".
El antro también albergó las "Noches de Camaleón", un evento multinacional con bandas de toda Hispanoamérica.
Yansa Manuel, encargado de la seguridad, relata anécdotas sobre el control de multitudes y enfrentamientos con grupos como Tijuana No!.
La Diabla cerró temporalmente tras la tragedia de la discoteca Lobohombo en el 2000, y definitivamente en 2001, tras mudarse a una nueva ubicación como La Madre Diabla. En esta nueva etapa, se presentaron bandas como 2 Minutos.
Conclusión:
El texto de Mochilazo En El Tiempo presenta un retrato vívido de La Diabla, un lugar emblemático de la escena musical de la Ciudad de México que, más allá de su historia como centro nocturno, representó un espacio crucial para el desarrollo y la difusión de diversos géneros musicales, especialmente el rock y el reggae. Su legado perdura en la memoria de quienes vivieron sus noches y en la historia