Este texto de opinión, escrito por Beatriz Pereyra el 10 de noviembre de 2024 para El Heraldo de México, analiza la conformación de la Comisión del Deporte de la Cámara de Diputados y las declaraciones realizadas durante su instalación. Pereyra critica el discurso habitual sobre el deporte como solución a los problemas sociales, argumentando que en México esto se queda en palabras vacías.
Resumen:
Se instaló la Comisión del Deporte de la Cámara de Diputados, con la participación de ex deportistas como Paola Longoria, Paola Espinosa y Cuauhtémoc Blanco, así como de figuras como Miguel Torruco (nuevo director de promoción del Deporte y Bienestar de la SEP), María José Alcalá (presidenta del COM), Pedro Haces y Rommel Pacheco (director de la Conade).
El discurso predominante en la instalación de la comisión reiteró los beneficios sociales del deporte, presentándolo como solución a problemas como la obesidad, la delincuencia y las enfermedades crónico-degenerativas. Pereyra considera este discurso como una "panacea" y palabras huecas.
Pereyra critica la falta de planes y programas efectivos en el deporte mexicano, contrastando el discurso con la realidad de un país con altos índices de sedentarismo, violencia y problemas de salud.
Rommel Pacheco, director de la Conade, pidió un mayor presupuesto para la institución, sugiriendo la asignación de un porcentaje de las ganancias de la Lotería Nacional, una idea similar a la propuesta anteriormente por Alfredo Castillo.
Pereyra cuestiona la solicitud de más recursos sin un plan claro de cómo gastarlos de manera eficiente y transparente, especialmente considerando la creación de la nueva dirección de Promoción del Deporte y Bienestar en la SEP, que asumirá parte de las funciones de la Conade. Se enfatiza la necesidad de planes de entrenamiento sólidos y aplicación de las ciencias del deporte, más allá de simplemente aumentar el financiamiento a los deportistas.
Conclusión:
El artículo de Beatriz Pereyra ofrece una perspectiva crítica sobre la situación del deporte en México, cuestionando la efectividad de los discursos optimistas y la necesidad de una gestión más eficiente y transparente de los recursos destinados al deporte, más allá del simple aumento del presupuesto. Se hace un llamado a la acción para desarrollar planes concretos y basados en evidencia, en lugar de confiar en promesas sin sustento.