El texto analiza el discurso de toma de protesta de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, pronunciado el 4 de octubre de 2024, y su significado en el contexto político actual.
Resumen
El discurso de Sheinbaum se esperaba con gran expectación, tanto por sus seguidores como por sus detractores, tras un mes de intensa confrontación política y mediática.
El ambiente previo a la ceremonia estuvo marcado por la polarización, la violencia, la justicia pendiente por los desaparecidos de Ayotzinapa, la catástrofe en Acapulco y la renovación de la querella con la corona española.
Se esperaba que Sheinbaum marcara una distancia con Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pero su discurso repitió la dinámica de su campaña presidencial, basada en la figura y obra de AMLO.
Sheinbaum apostó por la continuidad de la 4T, buscando beneficiarse de la popularidad de AMLO y mantener la unidad de su partido.
El discurso de Sheinbaum estuvo marcado por la exaltación de AMLO, a quien calificó como "uno de los grandes" y "el mejor presidente de México".
Sheinbaum no aprovechó la oportunidad para invitar al diálogo, al respeto plural o a la conciliación, y tampoco hizo autocrítica.
En sus primeros días de mandato, Sheinbaum ha confirmado su deseo de seguir los pasos de AMLO, sin mostrar apertura al diálogo con la oposición.
Se ha mantenido la militarización del país y se ha continuado con la violación del Estado de derecho.
Conclusión
El discurso de Claudia Sheinbaum como presidenta de México no ha logrado romper con la dinámica de la 4T y ha confirmado su dependencia de AMLO. La falta de autocrítica, la ausencia de un llamado al diálogo y la continuidad de las políticas de AMLO generan incertidumbre sobre el futuro del país.