El texto de Eduardo Revilla del 31 de Octubre del 2024 analiza la figura de Antonio López de Santa Anna, un líder popular y poderoso que cayó en desgracia histórica. El texto explora la trayectoria política de Santa Anna desde su apoyo al Plan de Iguala hasta su muerte, mostrando cómo su popularidad no se tradujo en un legado positivo para México.
Resumen
Santa Anna fue un líder popular y poderoso durante tres décadas, pero su legado histórico es negativo.
Apoyó el Plan de Iguala que coronaría a Iturbide, pero luego lideró el Plan de Casa Mata para derrocarlo.
En 1828, Santa Anna permitió el ascenso de Guerrero a la presidencia, aunque este fue posteriormente derrocado por Santa Anna mismo.
En 1833, Santa Anna fue electo presidente pero no se presentó a gobernar, dejando la tarea a Valentín Gómez Farías.
En 1834, Santa Anna fue nombrado Benemérito de la Patria y regresó al poder, derogando la Constitución de 1824.
Su gobierno centralista provocó la independencia de Texas en 1836, con la complicidad de Santa Anna.
En 1838, Santa Anna perdió una pierna en la defensa contra una reclamación francesa.
En 1844, Santa Anna fue derrocado por el cuartelazo de Paredes.
En 1846, Santa Anna regresó a México para enfrentar la invasión americana, pero negoció un fin rápido a la guerra con el presidente Polk.
Santa Anna fue acusado de facilitar la pérdida de territorio mexicano durante la guerra con Estados Unidos.
En 1853, Santa Anna fue repatriado del exilio para intentar restaurar el Plan de Iguala, pero su plan fracasó.
La Revolución de Ayutla terminó definitivamente con la carrera de Santa Anna.
Santa Anna murió en 1876, sin poder apreciar el lugar que ocuparía en el basurero de la historia.
Conclusión
El texto de Eduardo Revilla nos muestra que la popularidad no garantiza un lugar en la historia. Santa Anna, a pesar de su gran popularidad, fue un líder que tomó decisiones que perjudicaron a México. Su legado histórico es negativo, marcado por la pérdida de territorio, la inestabilidad política y la corrupción. La historia, según Revilla, es implacable con quienes buscan la popularidad por encima del bien común.
