El texto de Maite Azuela, publicado el 3 de Octubre del 2024 en EL UNIVERSAL, analiza el discurso de la nueva Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y su falta de atención a la crisis de violencia y desaparición en el país.
Resumen
Azuela celebra la elección de la primera Presidenta de México, pero critica la falta de una agenda diferenciada en materia de violencia y desaparición.
Sheinbaum no mencionó la crisis de violencia en su discurso, solo se comprometió con las familias de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Azuela argumenta que, aunque no se espera una agenda feminista, la Presidenta tiene la oportunidad de visibilizar y atender la problemática de las madres buscadoras.
Azuela destaca la frase "Soy madre, abuela, científica, y mujer de fe. Y a partir de hoy, Presidenta", como una oportunidad para que Sheinbaum se identifique con las madres que buscan a sus hijos desaparecidos.
Azuela critica la falta de atención a las víctimas de violencia y desaparición en el discurso de Sheinbaum, a pesar de las cifras alarmantes de asesinatos y desapariciones durante el sexenio de López Obrador.
Azuela considera que el sello humanista que Sheinbaum busca para su gobierno debe ir acompañado de acciones concretas en favor de las víctimas.
Azuela propone seis acciones para que Sheinbaum atienda la crisis de violencia y desaparición:
Reunirse con los colectivos de madres buscadoras.
Reactivar el fideicomiso de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas.
Dotar de recursos financieros y humanos a las comisiones federal y locales de búsqueda.
Incluir en la estrategia de seguridad la coordinación con fiscalías para investigar los delitos de desaparición y desaparición forzada.
Establecer un sistema de coordinación entre las dependencias del gobierno federal, que integran el Sistema Nacional de Víctimas, así como Secretaría de Salud, Conago y Segob.
Recuperar todas las garantías que tenían las víctimas y que se eliminaron en el sexenio pasado, tales como el registro nacional de personas desaparecidas y no localizadas.
Conclusión
Azuela considera que los primeros meses del gobierno de Sheinbaum son cruciales para activar acciones humanistas e integrales para las víctimas de la violencia. La autora espera que la Presidenta no repita los errores de su antecesor y atienda las consecuencias de la violencia, no solo las causas.