El texto analiza la estrategia del gobierno de la presidenta Sheinbaum para afrontar los problemas rurales de México, centrándose en la presentación del secretario de Agricultura y desarrollo rural, Julio Berdegué, en la mañanera del martes pasado.
Resumen
México, a pesar de ser una potencia exportadora de frutas y hortalizas, depende en gran medida de las importaciones de granos y oleaginosas, lo que contribuye a la pobreza del campesinado.
El neoliberalismo priorizó la exportación de frutas y hortalizas, dejando de lado la producción interna de granos y oleaginosas, lo que llevó a una polarización en la economía rural.
El 8% de las unidades agropecuarias tienen acceso a financiamiento y solo el 3% al seguro, según el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Esta polarización ha resultado en que México exporte el 32% de sus productos agrícolas y, al mismo tiempo, importe el 50% del maíz, el 66% del trigo, el 81% del arroz y el 18% de los productos cárnicos que consume.
La pobreza afecta al 49% de la población rural, según el INEGI, y la delincuencia organizada agrava la situación.
La estrategia del gobierno de Sheinbaum busca erradicar la pobreza extrema y mejorar las condiciones laborales de los jornaleros.
Se fusionará Segalmex con Diconsa para la compra de maíz y frijol, mientras que la secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural se encargará de vincular a los productores de trigo y arroz con la industria.
Se implementarán precios de garantía para incentivar la producción agropecuaria, pero no se ha especificado cómo se operarán.
Conclusión
El texto destaca la necesidad de una estrategia integral para afrontar los desafíos de la economía rural en México, incluyendo la atención a la pobreza, la mejora de las condiciones laborales y la implementación de mecanismos efectivos para garantizar precios justos a los productores. La fusión de Segalmex y Diconsa y la implementación de precios de garantía son medidas importantes, pero su éxito dependerá de la forma en que se operen.