El texto de Marielena Vega del 22 de Octubre del 2024 analiza la situación actual del déficit de vivienda en México y las perspectivas para su solución bajo el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Resumen
El déficit de vivienda en México es significativo, con un estimado de 25,000 matrimonios al año que no pueden acceder a una vivienda propia.
Las empresas constructoras como Pinfra, Homex, Javer, RUBA, Sadasu, Casa ARA y Hogares Unión han dejado de construir viviendas para personas de bajos recursos, con un valor menor a 600,000 pesos.
El gobierno actual se ha propuesto construir 1 millón de viviendas, con la posibilidad de llegar a 2 millones en el sexenio, bajo una política de vivienda que involucre a todos los actores del sector.
El Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivienda (SNIIV) reporta una disminución en la construcción de viviendas en todos los segmentos del mercado formal, con un mínimo histórico de 142,836 unidades en 2022.
La construcción de viviendas sociales, destinadas a créditos del Infonavit, Fovissste y la SHF, ha disminuido significativamente, con solo 518 unidades económicas construidas en 2022, un 91.78% menos que en 2009.
La Sedatu y la Conavi estiman que 8.5 millones de viviendas en México se encuentran en situación de rezago, requiriendo acciones de mejoramiento, ampliación o reemplazo.
Se requiere ajustar las políticas de vivienda a mecanismos de financiamiento para economías mixtas e informales, con un sistema financiero adaptado a sus necesidades.
La regulación de la calidad de la vivienda de autoconstrucción es crucial, ya que la falta de mantenimiento, estándares de construcción adecuados y servicios básicos afecta la habitabilidad y el bienestar de sus habitantes.
Conclusión
El texto de Marielena Vega destaca la necesidad de abordar el déficit de vivienda en México con una estrategia integral que involucre a todos los actores del sector, incluyendo el gobierno, las empresas constructoras y las instituciones financieras. Se requiere una política de vivienda que atienda las necesidades de las diferentes economías y que garantice la calidad y la habitabilidad de las viviendas, especialmente en el segmento de vivienda económica.