El texto de Ivette Estrada, publicado el 22 de Octubre del 2024, analiza la falacia en la arena política, presentándola como una herramienta ancestral que busca manipular y acotar la participación ciudadana.
Resumen
La falacia política no es un fenómeno nuevo, sino que tiene raíces profundas en la historia. Platón, Maquiavelo y Weber son algunos de los pensadores que han abordado la mentira como una herramienta del poder.
El texto identifica diferentes tipos de falacias políticas, entre las que se encuentran:
Camuflaje: Ocultar la verdad de las intenciones.
Simulación: Imitar o pretender ser algo que no se es.
Disfraz: Fingir una apariencia diferente.
Mentiras: Crear y alimentar información falsa.
Encubrimiento: Evitar que algo sea reconocido.
Crear ilusiones: Generar imaginarios falsos.
Ambigüedad: Confundir a la víctima.
Subestimación: Minimizar una situación.
Exageración: Amplificar una situación.
Seducción: Atraer a creer o hacer algo mediante elogios.
Racionalización: Usar argumentos débiles para convencer.
Falso servicio: Fingir ser un voluntario o servidor.
Desviación: Cambiar el curso natural de algo.
Victimización: Hacerse parecer más débil para generar compasión.
Deslumbrar: Cegar a una persona temporalmente.
Autoridad: Fingir tener más poder o conocimiento del que se posee.
El objetivo de la falacia política es socavar la participación ciudadana, eliminar la igualdad y la sostenibilidad, y ostentar el poder sin restricciones.
El periodismo tiene un papel fundamental en la lucha contra la falacia, llamando a las cosas por su nombre y exponiendo la mentira.
Conclusión
El texto de Ivette Estrada nos recuerda la importancia de la crítica y la desconfianza frente a las falacias políticas. Es necesario estar alertas ante las diferentes formas de manipulación y engaño que se utilizan para controlar el poder y la opinión pública. El periodismo juega un papel crucial en la lucha contra la falacia, informando a la ciudadanía y exponiendo la verdad.