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Este texto reflexiona sobre el poder del lenguaje para dar existencia y reconocimiento a las personas, especialmente a las mujeres y a las personas no binarias. La autora utiliza su propia experiencia como mujer lesbiana para ilustrar cómo el acto de nombrar su orientación sexual le permitió reclamar su lugar en el mundo.

Resumen

• La autora argumenta que el lenguaje tiene el poder de nombrar, reconocer y dar existencia.
• Señala que la frase de Claudia Sheinbaum, la primera presidenta de México, "solo lo que se nombra existe", resuena con la teoría de la performatividad del lenguaje de Judith Butler.
• La autora destaca que el lenguaje inclusivo es fundamental para el reconocimiento y la dignidad de las personas, especialmente de las personas no binarias.
• Se menciona la importancia de nombrar a las "mujeres invisibles", como las trabajadoras del hogar, las mujeres indígenas y las bisabuelas que no tuvieron acceso a la educación.
• La autora critica la omisión de las mujeres desaparecidas en el discurso de Sheinbaum, señalando que no todas las mujeres han llegado y que hay miles de mujeres en México que siguen desaparecidas.

Conclusión

El texto destaca la importancia del lenguaje inclusivo y el poder del acto de nombrar para dar existencia y reconocimiento a las personas. La autora argumenta que el lenguaje no solo refleja la realidad, sino que la crea, y que es fundamental para la lucha por la igualdad y la justicia social. Sin embargo, también critica la omisión de las mujeres desaparecidas en el discurso de Sheinbaum, recordando que la lucha por la visibilidad y el reconocimiento no ha terminado.