El texto de Jorge Fernández Menéndez, publicado el 1 de octubre de 2024, analiza las primeras acciones del gobierno de Claudia Sheinbaum como Presidenta de México, con un enfoque particular en la estrategia de seguridad.
Resumen
Claudia Sheinbaum inicia su mandato con un enfoque diferente al de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, evidenciado por su visita a Acapulco y su interacción con los damnificados por el huracán John.
El nuevo gobierno ha establecido un plan de cien días para combatir la inseguridad, con el objetivo de reducir los homicidios dolosos y delitos de alto impacto.
Se busca neutralizar a los generadores de violencia y eliminar redes criminales, con especial atención al tráfico de drogas, fentanilo, armas de fuego y el lavado de dinero.
El plan prioriza la seguridad en Chiapas, Sinaloa, Michoacán y diez municipios considerados como los principales generadores de violencia: Colima, Tijuana, Acapulco, Celaya, Cajeme, Ciudad Juárez, Tlajomulco de Zúñiga, Chihuahua, León y Benito Juárez (donde se localiza Cancún) en Quintana Roo.
Se implementará un modelo unificado de atención prioritaria en seis municipios: Tijuana, León, Celaya, Acapulco, Benito Juárez y Colima.
Se fortalecerá la coordinación entre el gabinete de seguridad y las autoridades estatales, con la creación de un gabinete alterno de seguridad que incluirá instituciones como la UIF, la procuraduría fiscal, Pemex logística y el SAT.
Se implementará una estrategia especial con presencia policial en las carreteras y vías de comunicación, y se crearán diez fuerzas de tareas conjuntas con la Defensa, la Marina y la SSPC.
Se fortalecerá la inteligencia e investigación con la consolidación del sistema nacional de inteligencia y el CNI, incrementando las capacidades humanas y tecnológicas.
Se crearán 32 unidades de la Guardia Nacional en los estados, como fuerzas homologadas a la federal, y se implementará una estrategia para el desarrollo de 32 policías, 32 fiscalías y 32 sistemas penitenciarios también homologados.
Conclusión
El texto destaca la ambiciosa estrategia de seguridad del nuevo gobierno, que busca una mayor coordinación, inteligencia e investigación, y una mayor presencia policial en zonas de alta incidencia delictiva. La efectividad de este plan dependerá de la voluntad política y operativa de las autoridades federales y estatales, así como de una rápida reestructuración institucional.