El texto de Lorena Rivera del 1 de Octubre del 2024 aborda el problema del desperdicio de alimentos en México, destacando su magnitud y sus impactos sociales, económicos y ambientales.
Resumen
El desperdicio de alimentos a nivel global es un problema grave, con más de 820 millones de personas pasando hambre. En México, 24 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria.
La FAO estima que se desperdician 1,300 millones de toneladas de alimentos al año en el mundo.
En México, se desperdician 31 millones de toneladas de alimentos al año, de las cuales 11 millones se tiran a la basura en los hogares y 20 millones se pierden en la cadena de suministro.
El desperdicio de alimentos en México representa una pérdida económica de 25 mil millones de dólares, equivalente al 2.5% del PIB.
El desperdicio de alimentos tiene un impacto ambiental significativo, contribuyendo al cambio climático y al agotamiento de los recursos hídricos.
La agricultura es el segundo sector que más emisiones de gases de efecto invernadero genera, después del sector energético.
La descomposición de los alimentos en los vertederos libera gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano.
El desperdicio de alimentos se genera en múltiples etapas de la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumo.
Existen iniciativas para recuperar alimentos, como los bancos de alimentos, pero se necesitan estrategias más eficaces para reducir el desperdicio.
La aplicación móvil Cheaf busca reducir el desperdicio de alimentos al conectar a los usuarios con negocios que ofrecen excedentes a precios reducidos.
Cheaf ha ayudado a recuperar entre 3.5 y 5 millones de kg de alimentos al año, evitando la emisión de más de 8.6 millones de kg de CO2.
Conclusión
El desperdicio de alimentos es un problema complejo que requiere una acción conjunta de gobiernos, empresas y ciudadanos. Se necesitan estrategias innovadoras y eficientes para reducir el desperdicio y garantizar que los alimentos lleguen a quienes más los necesitan. La aplicación Cheaf es un ejemplo de cómo la tecnología puede contribuir a la lucha contra el desperdicio de alimentos.
