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Este texto de Ricardo Raphael, escrito el 25 de enero de 2025, analiza las protestas en Culiacán, Sinaloa, tras el asesinato de Alexander, Gael y Abel Sarmiento. El autor critica la respuesta del gobernador Rubén Rocha Moya y argumenta por su destitución.

El gobernador Rubén Rocha Moya es señalado como responsable de la crisis de violencia en Sinaloa.

Resumen

• Miles de personas, incluyendo un niño de 10 años llamado Eduardo, marcharon en Culiacán para exigir justicia por el asesinato de Alexander, Gael y Abel Sarmiento.
• La marcha, inicialmente convocada por el colegio Sócrates, creció exponencialmente debido a las declaraciones insensibles del secretario de Seguridad, Óscar Rentería, quien atribuyó el triple homicidio a un "evento circunstancial" por los vidrios polarizados del vehículo de las víctimas.
• Los manifestantes, liderados por la madre de Alexander y Gael, llegaron hasta el Palacio de Gobierno, donde rompieron cristales y pintaron acusaciones contra Rubén Rocha Moya, llamándolo "asesino".
• La diputada Teresa Guerra de Morena criticó la violencia de la protesta, pero el autor argumenta que la indignación ciudadana está justificada por la inacción de Rocha Moya.
• El texto vincula a Rocha Moya con el asesinato del ex rector y diputado Héctor Melesio Cuén Ojeda, basándose en rumores y declaraciones de Ismael "El Mayo" Zambada, aunque admite la posibilidad de que sean falsas.
• Se critica la serie de declaraciones desafortunadas de Rocha Moya, que lo presentan como un posible aliado del crimen organizado y un político inepto. Se mencionan ejemplos como su discurso incendiario contra Estados Unidos, su afirmación de que Sinaloa vive en paz y su crítica a Los Dorados por negarse a jugar en medio de la inseguridad.
• El autor concluye que Rocha Moya, a pesar del apoyo de Andrés Manuel López Obrador, debe renunciar por su responsabilidad en la crisis de violencia en Sinaloa desde julio de 2024.

Conclusión

• La marcha en Culiacán refleja la profunda indignación ciudadana por la violencia y la inacción gubernamental.
• Las declaraciones de Rubén Rocha Moya han exacerbado la crisis, en lugar de mitigarla.
• La vinculación del gobernador con el crimen organizado, aunque no probada, genera una falta de confianza y credibilidad.
• La renuncia de Rocha Moya es necesaria para iniciar un proceso de cambio y pacificación en Sinaloa.