Este texto de Carlos A. Pérez Ricart, publicado el 5 de diciembre de 2024, analiza la creciente posibilidad de una intervención militar estadounidense en México, impulsada por la derecha estadounidense y la narrativa antidrogas. El autor argumenta que la cooperación entre ambos países es solo una fachada, mientras la realidad apunta hacia una acción unilateral por parte de Estados Unidos.
Resumen:
El autor inicia planteando la discusión en Mar-a-Lago sobre la magnitud, no la posibilidad, de una intervención militar en México.
Señala que el centro político en Estados Unidos se ha desplazado a la derecha, normalizando lo antes considerado aberrante.
El secuestro de Ismael "El Mayo" Zambada se presenta como un presagio de la unilateralidad estadounidense hacia México.
Los resultados electorales del 5 de noviembre aceleraron esta dinámica, con Trump como síntoma, no causa principal.
Se menciona la idea recurrente, incluso por parte de ex funcionarios como Mark Esper (en sus memorias "A Sacred Oath"), de usar la fuerza militar contra México.
Se destaca la postura de precandidatos republicanos como Vivek Ramaswamy y Ron DeSantis, quienes abogaban por la invasión y obtuvieron apoyo en las encuestas. Ramaswamy liderará el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental junto a Elon Musk.
Otros políticos como Dan Crenshaw, Pete Hegseth, Mike Waltz, y Tom Homan también han expresado posturas favorables a la intervención militar.
Se plantea la posibilidad de una "invasión suave", con acciones encubiertas como asesinatos selectivos, ataques con drones, o secuestros.
Donald Trump lleva más de un año solicitando "planes de batalla" para invadir México.
El autor cita al Cato Institute, que demuestra que la mayoría de los detenidos por tráfico de fentanilo en la frontera son ciudadanos estadounidenses.
Se recomienda a la presidenta de México prepararse para un escenario de invasión, más allá de simples declaraciones.
Conclusión:
El texto presenta un panorama preocupante sobre las relaciones entre Estados Unidos y México.
La posibilidad de una intervención militar estadounidense, aunque improbable, no debe ser descartada.
La presidenta de México debe prepararse para un escenario de conflicto, más allá de simples declaraciones.
La narrativa de la cooperación entre ambos países es solo una fachada que oculta la realidad de una política unilateral y agresiva por parte de Estados Unidos.
Es crucial comprender que el problema del consumo de drogas en Estados Unidos no es responsabilidad de México.