¿Y qué con la educación superior?

El texto de Imanol Ordorika, publicado el 4 de Diciembre del 2025, analiza el panorama de la educación superior en México tras seis años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y los primeros indicios del nuevo sexenio. Se destaca la brecha entre las promesas de transformación y la realidad, marcada por la falta de un proyecto integral, recortes presupuestarios y tensiones entre el gobierno y las instituciones académicas.

El presupuesto federal para educación superior cayó 29 por ciento en términos reales entre 2019 y 2024, y ha sufrido nuevos recortes significativos para 2025 y 2026.

📝 Puntos clave

• El gobierno de Andrés Manuel López Obrador prometió transformaciones profundas en la educación superior, pero el balance es de contradicciones.
• La reforma constitucional incluyó avances legales como la gratuidad y obligatoriedad, pero carecieron de financiamiento efectivo.

• Publicidad
• La meta de cobertura del 50% en 2024 no se alcanzó, quedando en 43.8%.
• El presupuesto federal para educación superior se redujo significativamente en términos reales durante el sexenio anterior.
• El discurso presidencial fue crítico con las universidades públicas, generando tensiones y intentos de intervención en su autonomía.
• La gestión se centró en tareas burocráticas, sin un plan integral para la educación superior o su articulación con el desarrollo nacional.
• El nuevo sexenio, a pesar de las expectativas, ha iniciado con recortes presupuestarios y falta de un proyecto integral para el sector.
• Iniciativas como la Universidad Nacional Rosario Castellanos (UNRC) enfrentan limitaciones estructurales y presupuestarias.
• La meta de cobertura del 55% para 2030 parece difícil de cumplir ante la escasez de recursos y la falta de planeación.
• El reto actual es pasar de las declaraciones a los hechos, garantizando recursos y políticas sostenibles para que las universidades públicas sean motor de cambio.

🤖 Análisis con Bots

Dice IA en modo bot pesimista:

El texto expone un panorama desolador para la educación superior en México, caracterizado por la ausencia de un proyecto claro, recortes presupuestarios constantes y una gestión fragmentada. La falta de financiamiento efectivo para promesas como la gratuidad y la expansión de la matrícula, sumada a las descalificaciones presidenciales hacia las universidades públicas, han debilitado el sistema y ampliado las brechas de acceso y calidad. Las nuevas reducciones presupuestarias en el sexenio actual y la implementación de iniciativas con serias limitaciones estructurales, como la UNRC, auguran un futuro sombrío donde las universidades corren el riesgo de ser rehenes de la austeridad y la improvisación, impidiendo su papel como motor de desarrollo.

Dice IA en modo bot optimista:

A pesar de los desafíos y las contradicciones señaladas, el texto también resalta la ratificación de la voluntad de cambio por parte de la sociedad mexicana en 2024. La elección de una mujer Presidenta con trayectoria universitaria abre una ventana de oportunidad para redefinir el rumbo de la educación superior. El llamado final a pasar de las declaraciones a los hechos, a colocar al sector en el centro y a garantizar los recursos necesarios, sugiere que aún existe la posibilidad de construir políticas sostenibles y de asegurar que las universidades públicas cumplan su rol transformador, superando las limitaciones actuales y fortaleciendo su contribución al desarrollo nacional.