Este texto de Hugo Aboites, escrito el 21 de diciembre de 2024, analiza la evolución del sistema educativo mexicano desde la Revolución Mexicana hasta la actualidad, contrastando las aspiraciones iniciales de una educación transformadora con la persistencia de un modelo heredado del porfiriato. El autor argumenta que la falta de una reforma educativa profunda ha perpetuado desigualdades y obstaculizado la construcción de una nación plural.
Resumen
Después de la Revolución Mexicana (1910), la nueva Constitución abordó la cuestión de la tierra y los derechos laborales (artículos 27 y 123), pero la educación (artículo 3) recibió una atención superficial, manteniendo un modelo de mínima intervención estatal.
Las vanguardias magisteriales, a pesar del menosprecio del porfiriato, impulsaron la creación de normales rurales, enraizadas en las comunidades indígenas y campesinas, para formar maestros que promovieran la alfabetización y la conciencia de los derechos.
El Estado se legitimó inicialmente a través de estas iniciativas, incluso proclamando el socialismo en el artículo 3 constitucional en 1934.
Sin embargo, a partir de 1940, se produjo un giro: se regimentó a los maestros (creación del SNTE en 1943), se disciplinó la ley universitaria (1945), se reemplazó "socialismo" por "desarrollo armónico" (1946), y se reprimió la disidencia magisterial (1958).
Este cambio implicó la vuelta al modelo educativo del porfiriato, heredado de Porfirio Díaz y Justo Sierra, basado en el modelo prusiano, con una lengua nacional única, un programa uniforme y una visión positivista y racista que menospreciaba las lenguas y conocimientos indígenas.
Este sistema educativo, influenciado por corrientes racistas latinoamericanas, buscaba la unificación lingüística y cultural, imponiendo una identidad nacional homogénea.
El autor critica la contradicción entre la aspiración de construir un nuevo país y la persistencia de un sistema educativo centralizado, autoritario, excluyente y racista.
Se destaca la lucha continua de estudiantes y maestros, incluyendo la CNTE, y los normalistas rurales, por un sistema educativo radicalmente diferente, que refleje la pluralidad del país.
Se menciona la represión histórica contra maestros y estudiantes (1929, 1968 en la UNAM, 1999-2000, Ayotzinapa) como el alto costo de mantener un sistema obsoleto. Se mencionan también la UAM y el IPN como instituciones que buscan democratizar la educación.
Conclusión
La persistencia del modelo educativo porfirista ha impedido la construcción de una nación plural e inclusiva.
La lucha por una educación transformadora continúa, enfrentando la resistencia de un sistema arraigado en el siglo XIX.
La alta tasa de deserción escolar y la falta de acceso a la educación superior son consecuencias directas de este sistema fallido.
Es necesario un cambio radical en el sistema educativo mexicano para construir una nación justa y equitativa.