Este texto de Peter Kornbluh y William M. Leogrande, escrito el 16 de diciembre de 2024, analiza el décimo aniversario del anuncio de la normalización de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, ocurrido el 17 de diciembre de 2014, bajo las presidencias de Barack Obama y Raúl Castro, respectivamente. El texto evalúa los logros, fracasos y consecuencias a largo plazo de esta iniciativa, contrastando el optimismo inicial con la posterior reversión de políticas bajo la administración de Donald Trump y su impacto en la economía y el pueblo cubano.
Resumen:
El anuncio conjunto de Obama y Raúl Castro el 17 de diciembre de 2014 sorprendió al mundo, marcando el fin de más de medio siglo de conflicto.
La euforia en Cuba fue inmediata, con celebraciones públicas generalizadas.
La normalización incluyó el restablecimiento de lazos diplomáticos, la expansión del comercio y la colaboración en áreas de interés mutuo.
Obama visitó La Habana en 2016, declarando su intención de superar los remanentes de la Guerra Fría.
Bajo la presidencia de Donald Trump, las políticas de apertura fueron revertidas, imponiéndose nuevas y duras sanciones.
Diez años después, la economía cubana se encuentra en crisis, con escasez de alimentos, medicinas y otros recursos básicos. Muchos cubanos han emigrado, mientras que los que permanecen enfrentan grandes privaciones.
La designación de Marco Rubio como Secretario de Estado bajo una posible presidencia de Donald Trump sugiere un posible retorno a políticas hostiles hacia Cuba.
El proceso de normalización fue resultado de una diplomacia secreta entre Estados Unidos y Cuba, liderada por Benjamin Rhodes y Ricardo Zúñiga por parte de Estados Unidos, y Alejandro Castro por parte de Cuba. Esto incluyó un intercambio de prisioneros.
La normalización incluyó la eliminación de Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo y la reapertura de embajadas.
Se facilitaron los viajes entre Estados Unidos y Cuba, incluyendo la reanudación de vuelos comerciales y cruceros.
El período de apertura, aunque breve, tuvo resultados positivos medibles.
Conclusión:
El décimo aniversario sirve como recordatorio de la existencia de una alternativa productiva a la hostilidad y las políticas de cambio de régimen.
Una nueva aproximación podría beneficiar a Estados Unidos al reducir la migración irregular, contrarrestar la influencia de China y Rusia, y evitar conflictos innecesarios.
El éxito inicial de la détente cubano-estadounidense demuestra la viabilidad de una política de compromiso y diplomacia.
La situación actual en Cuba resalta la importancia de una política exterior consistente y a largo plazo, evitando la inestabilidad causada por cambios drásticos en las relaciones internacionales.