Este texto de Rosa Miriam Elizalde, publicado el 7 de noviembre de 2024, describe el impacto devastador de los huracanes Óscar y Rafael en Cuba, y analiza la conexión entre estos eventos y el cambio climático. El artículo destaca la vulnerabilidad de la isla ante fenómenos meteorológicos cada vez más intensos y frecuentes.
Resumen:
Dos huracanes, Óscar y Rafael, azotaron Cuba en rápida sucesión, causando daños significativos.
El huracán Óscar dejó ocho muertos, más de 12.000 viviendas afectadas y cientos de miles de personas sin electricidad en el oriente de la isla, particularmente en San Antonio del Sur, Guantánamo. Las lluvias alcanzaron niveles excepcionales (427 milímetros en poco tiempo), provocando inundaciones severas.
El huracán Rafael impactó el occidente de Cuba, causando inundaciones en zonas costeras de La Habana, incluyendo el Malecón, y obligando al desalojo de hoteles.
Inés María Chapman, viceprimera ministra de Cuba, atribuyó la intensidad de estos eventos al cambio climático, que altera los patrones de lluvia y el comportamiento del clima. Se comparó la situación de San Antonio del Sur con la de la Comunidad Valenciana durante la "gota fría", destacando la influencia de la orografía en las inundaciones.
El cambio climático está intensificando la frecuencia, intensidad y lentitud de los huracanes en el Caribe, a pesar de que la región contribuye mínimamente a las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Las aguas oceánicas más cálidas alimentan huracanes más fuertes y de mayor duración.
El huracán Óscar, con un diámetro pequeño, se desplazó lentamente sobre Cuba (4 km/h) durante 25 horas, causando daños prolongados.
El texto concluye reflexionando sobre el cambio climático como causa de la intensificación de los huracanes, contrastando con la visión ancestral taína donde el "huracán" era una deidad ("centro del viento").
Conclusión:
El texto de Rosa Miriam Elizalde presenta un análisis contundente sobre el impacto del cambio climático en Cuba, utilizando los recientes huracanes como evidencia de la creciente vulnerabilidad de la isla ante fenómenos meteorológicos extremos. Se destaca la necesidad de una mayor preparación y la urgencia de abordar el cambio climático a nivel global.