Este texto de Arturo Landeros, escrito el 4 de noviembre de 2024, analiza la respuesta gubernamental a las inundaciones causadas por la DANA en Valencia, España, y la compara con la respuesta del gobierno mexicano durante los sismos de 1985. El autor critica la inacción y la priorización de cálculos políticos sobre la vida humana durante la emergencia.
Resumen:
La DANA del 29 de octubre causó inundaciones devastadoras en el litoral mediterráneo al sur de Valencia, dejando cientos de muertos y miles de desaparecidos.
Los servicios meteorológicos emitieron alertas rojas desde el lunes, pero el gobierno de la Generalitat de Valencia, liderado por Carlos Mazón (Partido Popular), minimizó la situación y no actuó con la diligencia necesaria.
El gobierno socialista de Pedro Sánchez esperó a que Mazón declarara el nivel de alarma al tercer grado para intervenir, debido al sistema autonomista español.
Algunos alcaldes actuaron con mayor prontitud, cerrando actividades laborales y educativas, a diferencia de algunos dueños de grandes supermercados y empresas.
La cobertura mediática de la DANA fue significativamente menor que la del huracán Milton en Estados Unidos.
La ayuda ofrecida por otras comunidades autónomas españolas fue rechazada inicialmente, y la activación de la Unidad Militar de Emergencia se retrasó.
La sociedad civil valenciana ha realizado labores de rescate y ayuda a las víctimas, mostrando una gran solidaridad y contrastando con la inacción gubernamental.
Felipe VI, Letizia, Pedro Sánchez y Carlos Mazón fueron recibidos con insultos y rechazo durante su visita a la zona afectada.
El autor compara la situación con la respuesta del gobierno de Miguel de la Madrid durante los sismos de 1985 en México.
El texto concluye enfatizando la indignación social y la desafección política en Valencia, criticando la priorización de la retórica política y los cálculos electorales sobre la vida humana en situaciones de emergencia.
Conclusión:
El texto de Arturo Landeros denuncia la falla sistemática en la respuesta gubernamental ante desastres naturales, utilizando la tragedia de Valencia como un ejemplo contundente. Se destaca la necesidad de priorizar la vida humana sobre los cálculos políticos y la importancia de la solidaridad ciudadana frente a la ineficacia de las instituciones. La comparación con la respuesta a los sismos de 1985 en México refuerza la crítica a la inacción gubernamental en situaciones de emergencia.
