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Este texto de Mariana Bermúdez, escrito el 23 de noviembre de 2024, analiza la situación de la violencia de género en México, a pesar de los avances legislativos y simbólicos en la representación femenina en la esfera pública. Se cuestiona la efectividad de las nuevas leyes y decretos frente a la persistencia de la violencia y la necesidad de una transformación estructural para garantizar los derechos de las mujeres.

Resumen

• Se han logrado avances legislativos y sociales en la lucha por la igualdad de género, pero la violencia contra las mujeres persiste en México.
• El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, se conmemora en un contexto de mayor representación femenina en la política, pero la igualdad sustantiva sigue siendo un desafío.
• La violencia de género afecta especialmente a las mujeres en relación con el crimen organizado, que considera sus cuerpos como territorios de disputa.
• La firma de un decreto constitucional sobre igualdad sustantiva para las mujeres, aunque simbólicamente importante, no resuelve la problemática estructural ya que existen leyes preexistentes que abordan estos temas (Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, Programa de Fortalecimiento de la Igualdad Sustantiva, Alerta de Violencia de Género).
• El verdadero reto radica en la implementación efectiva de las leyes existentes y en la creación de condiciones institucionales que garanticen la justicia y la reparación para las víctimas de violencia de género.
• La Presidenta de México tiene una gran responsabilidad en garantizar una vida libre de violencia para las mujeres y en impulsar una transformación social hacia la justicia y la dignidad humana.

Conclusión

El texto de Mariana Bermúdez destaca la necesidad de ir más allá de la legislación simbólica para abordar la violencia de género en México. Se requiere una transformación estructural profunda que involucre a todas las instituciones y garantice la implementación efectiva de las leyes existentes, para que la igualdad sustantiva y una vida libre de violencia sean una realidad para todas las mujeres. El desafío reside en superar las negligencias, la corrupción y los encubrimientos que impiden el acceso a la justicia y la reparación para las víctimas.