El texto de Francisco J. Guerra y Rullán, publicado el 31 de octubre de 2024, analiza la estrategia de vivienda para la Ciudad de México, centrándose en la importancia de las reservas territoriales y su impacto en el desarrollo urbano.
Resumen
La estrategia de vivienda para la Ciudad de México se basa en la identificación de reservas territoriales disponibles, evaluando su cercanía al empleo, infraestructura, servicios, comunicaciones, impacto en la especulación del suelo y el entorno urbano y ambiental.
El Gobierno de la Ciudad ha identificado Zonas Prioritarias con lotes subutilizados, buscando desarrollar centralidades, producir vivienda adecuada y construir equipamiento público.
El "Programa de Gobierno Clara Brugada 2024-2030" destaca la incorporación de suelo público subutilizado para garantizar bolsas de suelo para vivienda pública y asequible.
La estrategia no implica la expropiación de predios privados sin construcción, pero se asume que podría incluir desarrollos de vivienda en predios privados subutilizados.
Se cuestiona la suficiencia de las reservas territoriales del Gobierno de la Ciudad y la disponibilidad de reservas con infraestructura en zonas cercanas al empleo.
Desde la perspectiva de los desarrolladores inmobiliarios, la ubicación, la infraestructura y los servicios urbanos son factores clave para la rentabilidad, lo que podría generar gentrificación.
Se enfatiza la importancia de respetar las vocaciones de los barrios y colonias, evitando la densificación urbana descontrolada y las violaciones al uso del suelo.
La estrategia de vivienda debe ser un factor de ordenamiento territorial que garantice la certeza ciudadana, la consolidación de familias, la cohesión social y la credibilidad en la acción de gobierno.
Conclusión
El texto de Francisco J. Guerra y Rullán plantea la necesidad de una estrategia de vivienda para la Ciudad de México que sea integral, transparente y que considere las necesidades de la población, el desarrollo urbano sostenible y la protección del entorno ambiental. La estrategia debe ser cuidadosamente diseñada para evitar la gentrificación, la densificación urbana descontrolada y las violaciones al uso del suelo, garantizando la participación ciudadana y la cohesión social.
