El texto de Iván Restrepo, publicado el 28 de octubre de 2024, aborda la problemática de la minería submarina y su impacto en los océanos. El autor argumenta que, a pesar de que se presenta como una solución para la transición energética, esta actividad representa una amenaza para la vida marina y los ecosistemas.
Resumen
Restrepo destaca que la minería submarina, que busca extraer minerales como manganeso, níquel, cobre y cobalto, podría causar "daños irreversibles" a los océanos.
Se menciona que la extracción de estos minerales se justifica como una forma de apoyar la transición energética, ya que se utilizarían en baterías de vehículos eléctricos, paneles solares y turbinas eólicas.
Sin embargo, el autor argumenta que la minería submarina representa una amenaza para la biodiversidad marina y la salud del planeta.
Se menciona que legisladores de diversos países, 30 jefes de gobierno, partidos políticos, organizaciones ambientalistas, científicos y centros de investigación de gran prestigio, como el Consorcio de Investigación del Golfo de México, se oponen a la minería submarina y piden una moratoria o su prohibición.
Restrepo destaca la importancia de los océanos para la vida en la Tierra, ya que representan más del 70% de la superficie del planeta y el 95% de la vida de la biosfera.
Se menciona el caso de la empresa estadunidense Odyssey Marine Exploration, que en 2012 obtuvo una concesión para explotar 91 millones de hectáreas del fondo marino en el Golfo de Ulloa, frente a Baja California Sur, durante 50 años prorrogables.
El proyecto, llamado Don Diego, buscaba extraer fosfato, un componente importante para los fertilizantes.
Restrepo cita al doctor Edward Peters, del Consorcio de Investigación del Golfo de México, quien señala que el proyecto Don Diego utilizaría grandes barcos para dragar el fondo marino, lo que podría generar contaminación, sedimentación y potencial radiación por la presencia de elementos radiactivos como el uranio y el torio.
En 2016, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) negó a Odyssey el permiso para extraer el fosfato, alegando su efecto nocivo sobre la fauna marina, incluyendo ballenas, delfines, lobos marinos, aves y tortugas marinas.
Odyssey demandó a México por 3 mil 540 millones de dólares, pero en septiembre de 2024, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones emitió un laudo favorable a la empresa, obligando a México a indemnizarla con 37.1 millones de dólares.
Restrepo concluye que, a pesar de que México apoya la moratoria de la minería submarina en áreas fuera de la jurisdicción nacional, la contaminación de los mares y la sobrexplotación de especies siguen siendo problemas importantes.
Conclusión
El texto de Iván Restrepo pone de manifiesto la importancia de proteger los océanos de la minería submarina y otras actividades que amenazan su salud. El autor destaca la necesidad de una moratoria o prohibición de esta actividad para evitar daños irreversibles a la vida marina y los ecosistemas.