El texto de Javier Coello del 28 de Octubre del 2024 aborda la problemática de la justicia en México, centrándose en la situación de las víctimas de delitos. El autor critica la falta de atención y apoyo que reciben las víctimas por parte del Ministerio Público, a pesar de los derechos que la ley les otorga.
Resumen
En México, la justicia se caracteriza por la corrupción, la impunidad y la desesperación, dejando a las víctimas en el abandono.
La ley reconoce derechos para las víctimas, pero la falta de información y orientación por parte de las autoridades dificulta su acceso a la justicia.
El Ministerio Público, encargado de investigar y proteger el interés público, suele fallar en sus responsabilidades, dejando a las víctimas sin apoyo y protección.
La Constitución y el Código Nacional de Procedimientos Penales otorgan a las víctimas un papel activo en los procesos judiciales, pero estos derechos son inútiles si no se conocen o no se pueden ejercer.
Coello destaca los derechos fundamentales que las víctimas pueden exigir al Ministerio Público:
Trato digno y respetuoso.
Información sobre sus derechos.
Protección de su integridad.
Actualización sobre la investigación.
Reparación del daño.
La falta de recursos, la saturación del sistema y la corrupción impiden que estos derechos se respeten.
Las estadísticas del INEGI muestran que más del 90% de los delitos quedan impunes, y muchas víctimas no denuncian por miedo o desconfianza.
La politización de la justicia convierte a las víctimas en piezas de juegos de poder, dejando la verdad y la reparación del daño en segundo plano.
Las reformas recientes y los conflictos dentro de las fiscalías revelan una justicia selectiva que protege más al agresor que a la víctima.
Es urgente recuperar la confianza en el sistema de justicia, pero esto parece cada vez más lejano.
Conclusión
El texto de Javier Coello denuncia la situación de las víctimas en México, donde la justicia se convierte en un obstáculo para su acceso a la verdad y la reparación del daño. El autor hace un llamado a las autoridades para que cumplan con su deber de proteger y apoyar a las víctimas, y para que se tomen medidas para combatir la corrupción y la impunidad. La justicia, según Coello, debe empezar en la primera puerta que toca una víctima en busca de ayuda: la del Ministerio Público.
