El texto de David Brooks del 28 de octubre de 2024 analiza la creciente influencia de las celebridades en la política estadounidense, especialmente en la recta final de la contienda electoral entre Kamala Harris y Donald Trump.
Resumen
Harris ha atraído a un gran número de celebridades a sus eventos de campaña, incluyendo a Beyoncé, Bruce Springsteen, Willie Nelson, Taylor Swift, Rubén Blades, Robert De Niro, Leonardo DiCaprio, Julia Roberts, Samuel Jackson, George Clooney, Bad Bunny, y 82 premios Nobel en Ciencias y Economía.
En la Convención Demócrata, figuras como Stevie Wonder, Oprah Winfrey, Kerry Washington, Pink, Stephen Curry, y Steve Kerr también prestaron su apoyo.
La campaña de Trump ha tenido un número significativamente menor de celebridades apoyándolo, incluyendo al músico de country Lee Greenwood, Kid Rock, y el luchador Hulk Hogan.
Trump ha criticado a las celebridades que no lo apoyan, como Taylor Swift, a quien acusó de mentir sobre su apoyo a Harris.
Brooks argumenta que la falta de apoyo de las celebridades a Trump no se debe solo a la inclinación liberal de Hollywood, sino también a que Trump se considera a sí mismo la única superestrella.
Brooks concluye que las celebridades son más confiables y respetadas por el público que los políticos, y que el "circo" político se ha vuelto más importante que el "show" político.
Brooks cita a Frank Zappa, quien en los 80 advirtió sobre la posibilidad de una teocracia fascista en Estados Unidos, y sugiere que la resistencia podría derrotar este pronóstico con la ayuda de la música y el baile.
Conclusión
El texto de Brooks sugiere que la creciente influencia de las celebridades en la política estadounidense refleja una pérdida de confianza en las instituciones tradicionales y una búsqueda de figuras más creíbles. La presencia de celebridades en las campañas políticas puede ser vista como un síntoma de la creciente importancia del espectáculo y la cultura popular en la política moderna.