El texto de Pablo Hiriart, publicado el 17 de Octubre del 2024, critica la reforma judicial impulsada por el gobierno de Claudia Sheinbaum y la manera en que se ha utilizado el US-CEO Dialogue como un evento de propaganda para enaltecer a la presidenta.
Resumen
El US-CEO Dialogue, originalmente concebido como una junta de trabajo de alto nivel por el ex canciller José Antonio Meade, ha sido transformado por el actual secretario de Economía, Marcelo Ebrard, en un evento de propaganda para el consumo interno.
Ebrard, conocido por su habilidad en la propaganda, ha utilizado el evento para proyectar una imagen de estabilidad y seguridad para los inversionistas estadounidenses, anunciando inversiones por "más de 20 mil millones de dólares".
Hiriart considera que estos anuncios son falsos y que la reforma judicial, lejos de disipar las inquietudes de los inversionistas, las ha intensificado.
La reforma judicial, según Hiriart, debilita el Estado de derecho al otorgar al Ejecutivo el poder de influir en la elección de jueces y magistrados.
La creación de un Tribunal de Disciplina Judicial, que puede castigar o remover a los jueces que no se ajusten a la línea del gobierno, representa un grave riesgo para la independencia judicial.
Hiriart critica la falta de transparencia en la elección de jueces y magistrados, donde los poderes fácticos pueden influir para asegurar sentencias favorables.
El autor considera que la reforma judicial, junto con otras reformas anunciadas por Ricardo Monreal, socavan la democracia y el Estado de derecho.
Hiriart destaca la contradicción entre las promesas de la presidenta Sheinbaum de independencia judicial y la realidad de la reforma judicial.
El autor considera que los anuncios de inversión son en su mayoría proyectos en curso y que la propaganda del gobierno busca crear una imagen falsa de éxito.
Conclusión
Hiriart considera que la reforma judicial es un grave retroceso para la democracia y el Estado de derecho en México. El autor critica la manipulación de la información y la propaganda del gobierno para proyectar una imagen falsa de estabilidad y seguridad. Hiriart advierte que la reforma judicial, lejos de fortalecer el sistema judicial, lo debilita y lo coloca bajo el control del Ejecutivo.