El texto analiza la crueldad y el desprecio hacia los pobres en la sociedad actual, utilizando ejemplos de figuras públicas y eventos recientes.
Resumen
Taro Aso, ex ministro de Finanzas de Japón, y John Mackey, dueño de Whole Foods, expresaron públicamente su deseo de que los pacientes terminales y los pobres mueran pronto.
Kangua Ren, un youtuber, fue condenado por dar galletas con pasta dentífrica a un mendigo, lo que causó dolor al hombre.
Mauricio Macri, ex presidente de Argentina, y sus ministros, Guillermo Dietrich y Maia Ferrua, se burlaron de la pobreza y la violencia contra los trabajadores y las víctimas de crímenes.
En Buenos Aires, la policía arrojó gas pimienta a un vendedor de sándwiches y lo encarceló, mientras que un vendedor de pan casero fue presentado como un emprendedor.
Pablo Yapur, candidato a diputado provincial de La Rioja, hizo comentarios racistas y discriminatorios hacia los pobres.
Javier Milei, candidato presidencial, promovió la violencia y la exclusión, mientras que Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad de Milei, apareció en videos atropellando a "tibios, narcos y kukas".
Macri, emulando a Aso y Mackey, cuestionó las restricciones sanitarias durante la pandemia, diciendo "que se mueran los que se tienen que morir".
Adela Cortina, filósofa española, define el desprecio y odio a los pobres como aporofobia, un fenómeno que invisibiliza a los pobres en las democracias modernas.
Milei, según el texto, cumple sus promesas de crueldad y aporofobia, lo que sugiere que padece de alexitimia, un trastorno que le impide procesar las emociones.
Conclusión
El texto argumenta que la crueldad y el desprecio hacia los pobres son fenómenos generalizados en la sociedad actual, y que se manifiestan en discursos de odio, acciones violentas y políticas de exclusión. La aporofobia, según Cortina, es un problema grave que amenaza la democracia y la justicia social.