Cambiar los nombres

El texto de Esther Shabot, escrito el 4 de enero de 2025, analiza ejemplos históricos y contemporáneos de cambios de nomenclatura geográfica con fines políticos, enfocándose en las implicaciones ideológicas y el impacto en la sociedad. Se destaca la arbitrariedad de estas decisiones y la reacción ciudadana ante ellas.

El cambio de nombre de la calle Behistun en Teherán a "Mártir Yahya Sinwar" y la posterior revocación de la decisión, debido a la presión social.

Resumen

• Se presentan ejemplos históricos como el cambio de nombre de San Petersburgo a Leningrado y de Judea a Palestina por el Imperio Romano, mostrando la intención de borrar la historia y la identidad de un pueblo.
• Se analiza el caso de la alcaldesa de Tultitlán, Estado de México, quien renombró la colonia "El Paraje" a "La Cuarta Transformación", imponiendo nombres de programas gubernamentales a las calles.

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• Se describe la decisión de la municipalidad de Teherán de cambiar el nombre de la calle Behistun, un sitio arqueológico de gran importancia histórica, por el de "Mártir Yahya Sinwar", líder de Hamás. Esta decisión generó indignación pública y fue revertida.
• Se menciona la coincidencia de este hecho con la flexibilización de algunas restricciones en Irán, como las relacionadas con el uso del hijab y el acceso a aplicaciones como WhatsApp y Google Play.
• Se especula que estos cambios en Irán podrían estar relacionados con el derrocamiento de la dictadura de Bashar al Assad en Siria, la crisis económica iraní, la debilidad de Hezbolá y la incertidumbre política internacional con la próxima presidencia de Donald Trump en Estados Unidos.

Conclusión

• Los cambios de nomenclatura geográfica son una herramienta política para imponer una nueva realidad e intentar borrar la historia.
• La reacción ciudadana ante estos cambios puede ser significativa y lograr revertir las decisiones arbitrarias.
• El contexto político internacional influye en las decisiones de los gobiernos y en la reacción de la sociedad.
• La presión social puede ser un factor determinante para evitar la imposición de narrativas políticas a través de la manipulación de la toponimia.