Pero, hay que decirlo, de ganar la presidencia la candidata del oficialismo, la nueva presidencia tendría dos escenarios complicados para dar continuidad a las actuales políticas públicas: el serio pasivo financiero que heredará, sólo en 2024 un déficit de 6%, cuyo pago en su totalidad costará tres billones de pesos y al menos, un billón de intereses de este déficit; y una dificultad de tipo práctico: el boquete financiero que existirá de no haber una reforma fiscal para pagar y mantener las grandes obras y programas de este sexenio –Tren Maya, 👉 Refinería Dos Bocas, aeropuertos, la red de trenes, apoyo a pensiones, becas, subsidios de ‘Sembrando Vida’-, y el gasto para solventar las necesidades del sector energético y otros más, como el sector salud, educación, agua, y el despliegue de infraestructura para atraer inversiones.
En la 👉 Refinería Dos Bocas van 17,000 millones de dólares.
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